Sin más introducción, allá vamos.
Hoy quiero compartirte cinco claves fundamentales para empezar a invertir o generar ingresos más allá de tu sueldo. Para mí, esto no es un lujo, es una necesidad. A cierta edad, dejar tu estabilidad financiera en manos de un único ingreso ya no es opción.
1. Cultura del Ahorro: Tu Base de Seguridad
Antes de invertir, primero necesitás aprender a ahorrar y crear un fondo de emergencia. Lo ideal es que puedas cubrir de 3 a 6 meses de gastos en caso de cualquier imprevisto: perder el trabajo, cambiar de rumbo o, como en mi caso, prepararte para la maternidad.
Este colchón financiero no solo te da tranquilidad, sino que también entrena a tu sistema nervioso para lo que sigue: invertir con inteligencia y sin miedo.
2. Pensar en tu Vejez: ETFs y el Largo Plazo
Si vas a hacer tu primera inversión, que sea en vos mismo a futuro. La mejor forma de asegurar una vejez digna es destinando una parte de tus ingresos a ETFs a largo plazo, de modo que, al llegar a los 70 o 75 años, cuentes con una especie de "mensualidad" generada por años de inversión constante.
Cuanto antes empieces, menor será el monto que tenés que aportar mensualmente para construir este "seguro de vejez".
Sé que querés ingresos pasivos ahora, pero ahora es el momento de trabajar, ganar dinero, ahorrar e invertir. A los 70, ni tu cabeza ni tu cuerpo van a funcionar igual.
Y por favor, dejemos de lado esa idea de que hay que retirarse a los 40. Esta moda de “no quiero trabajar” me enferma. Demasiado vivir en el presente sin pensar en el futuro.
3. No Existen los Ingresos 100% Pasivos
Esa fantasía de ganar dinero sin hacer nada es puro humo. Toda inversión requiere trabajo en distintas etapas:
- Primero, tuviste que ahorrar el dinero para invertir.
- Segundo, tuviste que investigar en qué invertir. A mí me llevó un año tomar la decisión. Incluso contraté a alguien (pagando un 3% de mi inversión) para que me ayudara a encontrar opciones.
- Tercero, después necesitás gestionar esas inversiones. "Estar encima" para asegurarte de que sigan siendo rentables.
Ejemplo: cuando compré un departamento como inversión, ya tenía todo armado con Airbnb antes de comprarlo. Pagué más por algo que ya estaba funcionando y, aun así, reviso periódicamente el mercado y contrato gente para su administración. Toda inversión implica riesgo y trabajo.
No te creas esas fotos de alguien tomando café mientras le entra dinero. No te cuentan todo lo que hicieron antes para llegar ahí.
4. Empezá con lo Que Conocés y Rodeate de Gente que Sepa
La mejor manera de comenzar es con algo familiar. Aprendé de quienes ya lo hicieron:
- Si tu papá se dedica a la construcción, invertí con él.
- Si tu hermano invirtió en bolsa y le fue bien, preguntale cómo lo hizo.
- Si tenés una amiga con un Airbnb, pedile que te cuente su experiencia.
- Si tu tío está en ganadería, preguntale si podés sumarte con una pequeña inversión.
- Si el papá de tu mejor amiga es empresario, charlá con él y preguntale qué es lo más difícil de su negocio.
Al principio, jugá seguro. No arriesgues todo en una inversión desconocida. Si querés probar algo nuevo, usá solo el 10-15% de tu capital.
5. Diversificá: No Pongas Todos los Huevos en la Misma Canasta
Ningún mercado es estable para siempre. Para ganar en grande, muchas veces hay que atravesar crisis. Y esas crisis pueden durar 2, 5 o incluso 10 años.
Por eso, diversificar es clave. Si tenés distintas inversiones, cuando una baja, otra puede estar subiendo. No te desesperás y no perdés todo de golpe.
Al final del día, la estabilidad financiera no se trata solo de ganar más, sino de saber manejar tu dinero con inteligencia y visión a largo plazo.